Sebastian Bach

Fotografías: Bruno Conti / Crónica: Guillermo Amy
30 de abril
Montevideo Music Box


En Uruguay cuando uno piensa en Sebastian Bach, es imposible no recordar aquella accidentada noche del 2010 en el que el ex-Skid Row le puso el pecho a las balas ante la impuntualidad de Guns N’ Roses en su primera visita al Estadio Centenario. Cotidianamente se sigue comentando hasta el día de hoy que Bach fue quien “se robó el show”, por lo tanto esta vuelta prometía ser segundo plato para quienes estuvieron presentes en aquella instancia, y una revancha para quienes no tuvieron la posibilidad de ir, siendo un nuevo evento histórico para el país. 



Una lluvia que se hacía sentir atormentaba la capital uruguaya. Desde temprano se veían filas en los alrededores de la calle Larrañaga, a pesar del clima y de estar en vísperas de un primero de mayo en el que el transporte se paraliza. Finalmente al abrir puertas la sala se fue llenando a buen ritmo tanto el sector general como el segundo piso, demostrando que ninguna de los posibles obstáculos mencionados anteriormente iba a impedir la fiesta que se estaba por vivir. 

Los encargados de abrir la velada fue la banda local Crepar, que luego de unos años de inactividad volvía a tocar. Los liderados por Gabriel Soria calentaron la previa con muchísima actitud y grandes canciones que supieron ser parte de su repertorio a lo largo de los años. Una vuelta a todo power, con mucha emoción de poder estar presentes esa noche como banda, y haciendo agitar a los más madrugadores y a quienes iban ingresando a la sala. Más que acertada decisión de la producción de elegirlos para el puntapié inicial. 


Un backline verdaderamente impresionante se hacía visible en la parte trasera del escenario, dando indicios de que si había algo que no iba a faltar, era la potencia. Pasadas las 21:30 finalmente la banda se hacía presente en el escenario con una modesta iluminación para que la distorsión tomara las riendas del asunto y envolver a los fanáticos con una energía que sacudió el recinto. El inicio vino de la mano con “What Did I Got To Lose”, una de las pocas canciones de la carrera solista de Bach que tuvo el setlist. 


Esta noche era una noche especial. No solamente por el hecho de tener una nueva visita de un referente del rock sino que el show era en conmemoración a los 35 años de su disco debut “Skid Row” su disco homónimo, el cual decidió para esta oportunidad interpretarlo entero. La nostalgia se hizo presente en una seguidilla de temas que no daba respiro, “Big Guns”, “Sweet Little Sister”, o la icónica “18 and Life” que fue de las que se cantó con más fuerza. 


Duarante toda la noche la energía no cesó en ningún momento. A pesar de que por breves fragmentos la guitarra opacaba un poco la voz y algún desajuste en el microfono de la batería, Bach maneja una capacidad de liderazgo formidable, y se lo nota disfrutar a la hora de sus presentaciones en vivo. Un dato a destacar es que en reiteradas oportunidades estuvo leyendo palabras en español desde una hoja escrita, lo cual le añadió un toque de humor al show. En uno de esos diálogos aseguró que la noche del 2010 “es una noche que nunca olvidaremos” y desafiaba al público a hacer que esta sea mejor. 


El vocalista jugaba con el público haciéndolo corear y sorprendiéndose ante la respuesta, al punto que varias veces le hacía señas a algún integrante del staff para que prestaran un celular para filmarlo.  Temas como “Rattlesnake Shake”, “Making a Mess” o “Monkey Bussiness” del disco “Slave To The Grind” encendían a los espectadores de forma tal que el pogo se intensificaba cada vez más. La energía se sentía desde la explanada y desde el escenario, llegando a decir en varias oportunidades de manera simpática “Nos estamos divirtiendo”. 

Sin duda uno de los grandes momentos memorables fue la balada “I Remember You” en el cual el guitarrista iba rotando entre guitarra acústica y eléctrica junto al público cantando a todo pulmón, o “Wasted Time” cantada 100% Acapella en el cual quedó a la vista que a pesar de los años, el vocalista conserva una gran voz para interpretar aquellas canciones de finales de los 80 / principios de los 90. 

El cierre definitivo vino a toda adrenalina con “Youth Gone Wild” y “Midnight / Tornado” siendo una elección acertada para dejar a la gente con un último sacudón de intensidad. Algunas púas lanzadas al público, listas de temas para quienes se querían llevar un recuerdo, botellas de agua, y un fervoroso saludo para despedirse de Montevideo fueron las últimas imágenes de esta insuperable noche para cerrar el mes de abril. Otra noche que, afortunadamente como tantas en este mes quedará para el mejor de los recuerdos.  

Cuatro Cuarenta