Dogma & Neil Turbin

Fotografía: Bruno Conti
Crónica: Guillermo Amy

27 de julio

Live Era

Dos propuestas muy distintas se alinearon para llegar a Montevideo en una noche que tuvo de todo. Neil Turbin, Ex-Anthrax, se hizo presente junto a una banda de apoyo integrada netamente por músicos locales. Mientras tanto Dogma, una de las bandas nuevas con mayor proyección, pisaría Uruguay por primera vez para presentar su disco homónimo. 

Una vez culminada aquella seguidilla sin precedentes entre finales de abril y principios de mayo, los shows internacionales de metal se tomaron una pausa. Pero, a pesar de que ya existen importantes anuncios para el mes de octubre, este show quedó ubicado de manera ideal para acortar la espera. 


Neil Turbin fue el primero en salir a escena con un modesto marco de público a la espera. Esto no impidió que el ex-Anthrax dejara una buena impresión. Los músicos locales destacaron y, pese al logico reducido ensayo entre los músicos con el vocalista, lograron un ensamble más que satisfactorio.  El setlist estuvo compuesto principalmente por canciones de la primera etapa de Anthrax, con gran presencia de canciones que integran el disco “Fistful Of Metal” del año 1984 e incluso llegó a realizar un covers de Alice Cooper de “I’m Eighteen”. 

 

Lamentablemente, mucha gente llegó durante el desarrollo del show y eso pudo afectar ligeramente la conexión con el público. Pero a pesar de esto, con mucho profesionalismo, y apoyándose sobre todo en los fans más fervorosos ubicados cerca de la valla, el examen fue aprobado con creces dando un muy interesante primer plato para esta noche.  

 

Durante el intervalo, mientras se realizaron los últimos ajustes técnicos de sonido, la sala obtuvo una convocatoria más consistente. Para el inicio del show, una música con violines sonaba mientras las integrantes de Dogma, con su maquillaje y vestimenta característicos, entraban a escenario para demostrar en la cancha porque son una de las grandes promesas del metal. 

 

Desde el primer instante el sonido fue contundente. Cada golpe de bombo retumbaba en el pecho y los instrumentos cobraron una consistencia mucho mayor en comparación a la presentación anterior. Es notorio que la banda no pretende destacar las individualidades sino dar una impresión de colectivo, realizando coreografías en conjunto para contribuir a una presencia escénica muy sólida y un show muy bien cuidado. La iluminación y visuales que se proyectaban en la pantalla del fondo en todo momento fueron muy bien aprovechadas. Ningún detalle parecía estar al azar, y generó que el fervor del publico fuera creciente y genuino. 


El primer disco de la banda contiene muchas canciones con estribillos pegadizos que en vivo funcionan a la perfección. La vocalista, a pesar de que por momentos se la notaba con la voz desgastada producto de las larga gira, se las ingenió para poder cumplir de manera efectiva todos los temas. Además, la utilización de pistas tanto en sonidos de teclado como en algunos coros también aportaron para que la presentación en vivo tuviera fidelidad con el disco de estudio. 

El diálogo prácticamente no existió. En ningún momento se presentó a la banda como suele ocurrir en otros espectáculos. El misterio parece ser el arma fuerte de la banda ya que hasta incluso los dos invitados que aparecieron durante el show fueron figuras encapuchadas a las que casi no se les veía el rostro y en todo momento se percibía una importante teatralidad. En el único momento en que salieron parcialmente de este libreto teatral fue cuando realizaron un popurrí 100% instrumental, interpretando canciones de Iron Maiden, Metallica, Slayer, Pantera y Megadeth con algunos de los riffs más clásicos. 

Luego de realizar un repaso por todo su disco debut, presentar algunas canciones nuevas (que es esperable que aparezcan en su próximo disco) y casi 1 hora y 15 de recital la banda abandonó el escenario para no volver. El bis no existió pero a pesar de este factor, el show fue una muestra clara de que es una banda que llegó para pisar fuerte y, seguramente, en los próximos años adquiera un alcance que va a dar que hablar. 

Cuatro Cuarenta