Marc Anthony

Fotografías: Facundo Bertones

Crónica: Pedro González

28 de setiembre de 2024

Antel Arena

 

Recital de Marc Anthony en el Antel Arena, Montevideo: Historia

Tour 2024

En su paso por el Antel Arena, desplegó canciones de su último disco “Muévense”, además del compilado de sus más conocidos éxitos. El público se mostró extasiado de escucharlos directamente de la leyenda. Porque el “boricua”, hoy día, después de décadas de trayectoria internacional, es un referente del género tropical, conocido mundialmente y su imagen que ya trasciende lo extrictamente musical.

Contigo todos los lunes parecen viernes

De día es él y de noche me perteneces

Contigo todos los lunes parecen viernes

Con él te vas y conmigo siempre te vienes

“Parecen viernes” Marc Anthony

Musicalmente, hay que destacar que el Antel Arena, en el formato 360°, sonó impresionante. La arquitectura del escenario cuadrado, dividido en cuatro fosas donde se ubicaron los músicos, unidos por pasarelas en las que el frontman se desplazó agitando los brazos y meneando sus caderas, fue impresionante.

Marc Anthony es un showman, que es capaz de mantenerse delante de miles de personas que festejan y aplauden sus poses, que van desde la sensualidad de macho, al drama de un desamor. Un acting muy estudiado y complaciente, con un público que se mostró agradecido de recibir a su estrella, así, como lo conocen, haciendo lo que esperaban que hiciera. Un show impecable.

La banda que acompaña al estadounidense de origen centroamericano tuvo momentos épicos y mantuvo un nivel altísimo. Percusiones de todo tipo, teclados, vientos, cuerdas fueron los responsables de que se instalara la salsa en la tierra del candombe. Como una hermana que de visita presentó su pasión por la música, con un sonido de mucha familiaridad, en el que por momentos se podía percibir la clave candombera entrelazada.

El trío que conforma el coro, fue un show dentro del show, que invitó al movimiento y dio cátedra, contagiando al público. Desde una de las fosas, acompañaron con sus movimientos todas las canciones. Desde las otras fosas donde estaban el resto de los músicos, las notas emergieron como explosiones de pasión sobre las que el cantante apoyó su potente voz, proyectándola. Una nota aparte: su voz, intacta tras años de carrera, merito que sus seguidoras saben apreciar.

“Muevense”, la canción que da nombre al nuevo álbum del salsero, es una incorrecta utilización del verbo, que tiene como intención mandatar a que los presentes se muevan, por lo que el verbo correcto a utilizar sería “muévanse”. De todas maneras, el mensaje se entendió y muchos se pusieron pies al baile, sin que se notara alguna discrepancia al respecto de esta dislocación gramatical.

El público estuvo muy animado; muchos agitaron unos tubos de colores flúor que seguramente fueron la alegría de quien tomó la decisión de llegar al lugar para ofrecer su producto lumínico que, junto a los celulares, sumaron a una puesta de luces que ya se había planificado, fuera espectacular.

Las canciones “Valió la pena” y “Parecen viernes” se erigieron como las preferidas del público, que las coreó, mientras Anthony le daba un descanso a su voz, muy exigida durante toda la presentación. El público bailó lo justo, y el “boricua” demandó: “La salsa es para bailarla”. También cantó el clásico de José Luis Perales, “Y como es él”, desgarrador, agitando fibras de sensibilidad profundas, de amores tormentosos.

La carrera discográfica del neoyorquino que comenzó con una banda de hip hop, Little Louie & Marc Anthony, en 1991. Desde entonces, su ascenso ha sido continuo y le ha permitido caminar por senderos paralelos, como la actuación. Hoy, más que consagrado, su visita es una nota de glamour en la escena musical local, que se reflejó en el costo de acceso, pero que no fue en detrimento para la asistencia, que colmó el lugar.

En el Antel Arena de Villa Española se abrió un portal; el reino de la salsa y las baladas llegó para deleitar a todos quienes han disfrutado del sabor y también a quienes, en momentos de desamor, se han refugiado en sus músicas y letras catárticas que parecen dar respuesta y ser buena compañía en estos procesos tempestuosos.

Al cerrar el espectáculo las puertas se abrieron y todos salimos, dejando el sudor, los desgarros amorosos y la euforia. Lo guardará todo ese gigante que va sumando los ecos de nuestras catarsis uruguayas que músicas nuestras y ajenas, saben destrabar.

Cuatro Cuarenta