Milongas Extremas

Fotografías: Jurema Torres

Crónica: Camila Pintos

26 y 27 de setiembre de 2024

Sala Zitarrosa

 

“Breve es mi canto, que no te olvida…”

Fue el homenaje que ofrecieron las Milongas Extremas a Alfredo Zitarrosa, en la sala que lleva su nombre. Reviviendo sus canciones en un concierto lleno de emoción y milonga. Mientras el público esperaba para ingresar, sonaba en el parlante “Guitarra negra”, presagiando lo que sería una noche cargada de emociones.

A medida que las luces se atenuaron, el murmullo del público se convirtió en silencio. La banda tomó el escenario. Un sonido de radio sintonizando diferentes canciones del canto popular uruguayo sonaba de fondo. Pronto, la voz de lo que parecía ser un presentador, resonó a través de los parlantes:

“Alfredo Zitarrosa, lleva un tiempo entre nosotros, es uno de los valores de la canción popular, autor e intérprete de lo que podemos llamar el ritmo tradicional o popular uruguayo. En el fondo Zitarrosa es un juglar, un trovador. Es un hombre de pueblo que trata de interpretar lo que el pueblo siente y quiere decir, y el pueblo se reconoce en las cosas que escribe y que dice, y que canta nuestro amigo Zitarrosa”

Esta introducción, dio inicio a la noche, con “Nene patudo”, canción que refleja las desigualdades sociales a través de la mirada inocente de un niño. La segunda canción de la noche fue “La canción del cantor”, con una letra donde explora la relación entre el cantor y sus emociones. Luego, en “De no olvidar”, se hizo mención a Lucio Muniz, uno de sus compositores.

A medida que avanzaba la noche, los primeros invitados comenzaron a subir al escenario. Néstor Moreno y Alejandro Silvera, del grupo Copla Alta, cautivaron al público con “Crece desde el pie”. Luego, Lucía Chappé se unió para interpretar “Milonga de ojos dorados”. El guitarrista Carlos Méndez también se sumó para acompañar “Solos y juntos” y “Zamba por vos”, añadiendo su maestría a la noche.

Tras la actuación de los invitados, las Milongas Extremas retomaron el repertorio con “Tributo agrario”, seguido de “Ama y ensancha el alma” y “Vámonos”. Durante estas canciones, las guitarras criollas sonaron con un toque de rock and roll, desatando la energía en la sala, donde el público se puso de pie para aplaudir.

Volviendo al legado de Zitarrosa, explicaron que la siguiente canción tenía que ser interpretada por alguien con una voz fuerte y con presencia, alguien que ”cante la justa”. Así, Balbis cantó ”Diez décimas de saludo al pueblo argentino”. Esta canción, rica en simbolismo, celebra la identidad cultural y la solidaridad en América Latina, a la vez que critica injusticias.

En un momento de la noche, la banda tomó una pausa para dedicar un saludo emotivo a todos los presentes, con un especial reconocimiento a la familia de Alfredo Zitarrosa. Después, sonó “Alero”, marcando el inicio de la recta final del concierto.

Al acercarse los últimos temas, se escuchó una estrofa de ”Coplas de Canto” que dice: “Canto por son o songa vale la pena, puede cantar milongas o cantar plenas, porque la copla dice que el canto empieza cuando el canto de todos se le endereza”, que dio paso a “Decime” y “Grito”.

Finalmente, Carmen Pi fue la última invitada de la noche, interpretando “Adagio a mi país”, lo que hizo que muchos se emocionaran, especialmente porque la canción fue precedida por la voz de Zitarrosa hablando sobre la última dictadura cívico-militar en Uruguay, recordando su exilio y la prohibición de su música.

La penúltima canción fue “Desencuentro”, con un impresionante solo de saxo de Paio, que deslumbró a todos. Para cerrar la noche, interpretaron la chamarrita “Pa’l que se va”, dejando al público con una sensación de celebración..

Es imposible describir con palabras lo que se vivió esa noche de homenaje al gran Alfredo. Su legado sigue más presente que nunca, y sus letras, cargadas de amor y denuncia, resuenan con la misma fuerza que siempre.

“Cante el cantor su copla de tal manera,

que al cantarla reviva su vida entera.”

Cuatro Cuarenta