Trotsky Vengarán en La Trastienda

Fotografía: Gonzalo Abeiro

Crónica: Martín Carlevaro

14 de febrero de 2024

La Trastienda

El Comienzo del fin

Mes nostálgico febrero donde nos toca despedir una de las principales salas de rock de la capital. El turno este fin de semana fue de Trotsky Vengarán con una doble fecha. La primera canción en sonar fue “Noche Alucinante” -después de la de Star Wars, claro- adelantándose a lo que iba a pasar esa noche. Siguió “Este niño es un enano” enganchado con “El Funebrero”, y después “Ya no puedo parar”. Una seguidilla de punk rock, uno atrás de otro hasta llegar al saludo de la banda con el público.

En ese saludo, Guillermo Peluffo agradeció a todo el staff de La Trastienda por todos estos años (15), y junto con Hugo lamentaron la pérdida de un lugar importante para la cultura del rock citadino. Tras los aplausos del público siguió su clásico saludo a Peluffo con “gordo puto, gordo puto”.

- Pero qué tiene que ver- irrumpió Hugo- Él no tiene la culpa.

Estas menciones a La Trastienda con tildes nostálgicos se fueron repitiendo a lo largo de la noche. Dijeron también que eran la segunda banda que más tocó en ese lugar con 60 presentaciones. No quisieron decir quién era la primera pese a arengas jocosas de sus integrantes diciendo “dale, son enemigos”. Lo que sí, dijeron que Buitres hizo 59. “Comieron”, acotó Cuico. Datos por supuesto a chequear.

Además de estar celebrando la despedida de La Trastienda, esa noche se celebraba San Valentín, o el Día de los enamorados, como lo quieran llamar. Por lo que Trotksy eligió homenajear al amor con una de sus canciones más románticas: “El Cielo”.

“En las noches más duras

solo quiero enroscarme en tu cintura

enfermo por volver a verte

tiro del hilo que sostiene mi suerte

no traigo flores de papel

solo estos versos de amor y locura”

Cuando llegó el turno de “Detrás del arco” aparecieron varias banderas de los grandes adelante, sumado a una camiseta de Wanderers. Cuando terminó, Cuico dijo algo así como que le gustaría que esas banderas llevaran algún distintivo de la Trotsky. Un diablito o algo. En el programa de radio que tenían algunos integrantes de la banda, “De arriba un rayo”, los he oído hablar sobre que no les gustaban las banderas de fútbol en los toques, y sobre todo en los de ellos suele haber bastantes. Yo hubiera destacado que había banderas de ambos pegadas sin ningún tipo de problema y creo que ese es uno de los pocos ámbitos donde eso puede suceder.

La noche de rock siguió con un mini corte en el medio. No sé si llamarlo el corte de los bises porque fueron varios temas más que cantaron para ser considerados bises. Aunque sí siguió un temón atrás de otro. Así que sí, llamémoslos bises. Aca sonaron “Noche de rock”, “Sueños rotos”, “Tu viejita”, entre otros, éste último con la presentación de los integrantes que suelen hacer siempre con algún cambio gracioso. Grano fue presentado como “antipático” y “contrero”, aunque debo decir que con los años se ha soltado mucho más. Mientras que a Hugo fue atacado por su edad: “No lo mató el apendicitis, no lo mató el covid”. Michel, el que venía de las arenas de Rocha. Con Cuico fueron los más benevolentes al decir que seguía igual que cuando tenía 30; y Peluffo como “más esbelto que nunca y sudado como siempre”.

Después de más de dos horas de show, Trotsky puso punto final a la primera noche de despedidas con “Historias sin terminar” y “Do you love me”. Como siempre, es una banda que te saca más de una sonrisa producto del juego que se genera de ida y vuelta con el público. Tampoco faltaron los temas de actualidad, como Hugo que dijo que había invertido en el rubro agropecuario. Aún así y todo aprovecharon lo más que pudieron para tocar una canción atrás de otra para despedir a este templo como se lo merece y como lo supieron hacer en 60 oportunidades.

 
Cuatro Cuarenta