Los momentos fuertes llegaron con “Dance Crip”, “Mamichula” y “Sangría”. Trueno parecía contento con el público local, y el público lo dio todo. Una cámara que lo seguía proyectaba una imagen que permitió a todos ver con claridad las expresiones y dotes coreográficas del artista. Este recurso, que últimamente usan los músicos en sus recitales, lo tuvo de espaldas a la gente, que para verlo tuvo que mirar las pantallas.
“Dance Crip” es un homenaje al género hip hop, que reversiona un hit de la época. La canción se publicó en 2021, con un videoclip filmado en el barrio de La Boca en Buenos Aires, donde Trueno se crió. El audiovisual, que registró a familiares y amigos de Trueno, rápidamente se hizo tendencia mundial y ya es uno de sus clásicos.
Trueno dejó en su visita a Montevideo un reguero de combustible contestatario que niños y adolescentes consumieron en un momento de mucha sintonía con esa energía. Los hizo saltar, gritar, bailar. También saltaron, gritaron y bailaron, madres y padres, que además de acompañar, disfrutaron, aunque quizás más de uno no lo confiese. Sus músicas y sus letras llegan, y así como han atravesado fronteras geográficas y etarias, se percibe más transgresión de este artista medio argentino, medio uruguayo, rapero, hip hopero, con tintes de rock y folklore contestatario. Trueno es chico y grande a la vez, su música retumba y está creciendo junto a sus seguidores, que seguramente acudan al estruendo de futuras visitas.