trueno

Fotografía: Federica Camph

Crónica: Pedro González

11 de octubre de 2024

Antel Arena


Retumbó el Antel Arena

 

Trueno hizo retumbar el Antel Arena

La noche estaba agitada, vibrando un nuevo año que va llegando a su final. Banderas de una campaña electoral en una región convulsionada ondean en el centro de la ciudad de Montevideo al son de las músicas y también de temblores sociales, de prepotencias que generan impotencias, provenientes de potencias que se imponen desde afuera.

En Villa Española, una particular multitud se congregó. El Antel Arena se llenó de niños y adolescentes, cuyas energías se multiplicaron y provocaron un estruendo a la llegada del rapero que nació en las plazas porteñas, en La Boca, y hoy riega con ricas rimas su tierra y más allá. Vino a cantarles a todos ellos, en clave de protesta, Mateo Palacios Corazzina, conocido por todos como Trueno.

La cita era a las 21:00 horas, pero a las 21:10 todavía faltaba gente para entrar. Finalmente, se cerraron las puertas y, repentinamente, se apagaron las luces. En las pantallas gigantes proyectaron imágenes de Trueno y, como si fuera el lejano oeste, los celulares fueron desenfundados y apuntaron al escenario. Intuyo que, al salir el rapero, se encontró con muchas caras que lo miraban, pero cubiertas por celulares. Una imagen que solo él y los músicos pudieron ver.

Trueno salió al escenario y los gritos le dieron la bienvenida. En el marco de El Último Baile World Tour, llegaba de haber visitado Venezuela, Ecuador, México y Argentina. Trajo un show muy pulido y se notó.

El 23 de mayo de 2024, publicó su tercer álbum de estudio titulado El último baile, que cuenta con trece sencillos y promocionales lanzados anteriormente a la fecha, como «Tranky funky», «Ohh baby» y «The roof is on fire».

Trueno convoca a un público tumultuoso en una franja etaria de entre 6 y 20 años. Esto se reveló al finalizar el recital, cuando las luces se encendieron. Durante el recital, se percibió una energía tan intensa que hacía difícil imaginar que se trataba, en su mayoría, de niños.

El rapero de La Boca no estuvo solo; tenía un partner que lo acompañaba y parecían compartir el gasto energético de alta demanda en su show. Una banda en vivo le dio el piso para echar a andar sus rimas. Todo parecía muy bien aceitado; el espectáculo fue redondo.

En una visita anterior a Montevideo, y como era habitual, su padre participaba del show, secundándolo. El rapero uruguayo Pedro Palacios, conocido como Mc Peligro, es uno de los principales referentes del rapero de La Boca y ha estado siempre presente durante los años que lleva en la música. Su abuelo, Yamandú Palacios, también fue un destacado músico y guitarrista del género folclore, que tocó, entre otros, con Alfredo Zitarrosa, Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat.

Esta familiaridad con nuestro país siempre queda de manifiesto al pasar por suelo uruguayo el joven astro del rap internacional. Y el público que ya lo conoce, en cada oportunidad, escucha que el artista lo recuerda con cariño. Tal vez por esto, cuando se puso la camiseta de la selección uruguaya, parecía calzarle a la perfección.

Los momentos fuertes llegaron con “Dance Crip”, “Mamichula” y “Sangría”. Trueno parecía contento con el público local, y el público lo dio todo. Una cámara que lo seguía proyectaba una imagen que permitió a todos ver con claridad las expresiones y dotes coreográficas del artista. Este recurso, que últimamente usan los músicos en sus recitales, lo tuvo de espaldas a la gente, que para verlo tuvo que mirar las pantallas.

“Dance Crip” es un homenaje al género hip hop, que reversiona un hit de la época. La canción se publicó en 2021, con un videoclip filmado en el barrio de La Boca en Buenos Aires, donde Trueno se crió. El audiovisual, que registró a familiares y amigos de Trueno, rápidamente se hizo tendencia mundial y ya es uno de sus clásicos.

Trueno dejó en su visita a Montevideo un reguero de combustible contestatario que niños y adolescentes consumieron en un momento de mucha sintonía con esa energía. Los hizo saltar, gritar, bailar. También saltaron, gritaron y bailaron, madres y padres, que además de acompañar, disfrutaron, aunque quizás más de uno no lo confiese. Sus músicas y sus letras llegan, y así como han atravesado fronteras geográficas y etarias, se percibe más transgresión de este artista medio argentino, medio uruguayo, rapero, hip hopero, con tintes de rock y folklore contestatario. Trueno es chico y grande a la vez, su música retumba y está creciendo junto a sus seguidores, que seguramente acudan al estruendo de futuras visitas.

 

 
Cuatro Cuarenta