Virginia Alvarez

Crónica: Beth Suzacq

7 de diciembre de 2024

Sala Corchea

 

El sábado 7 de diciembre en el Ciclo MYDMUS, la Sala Corchea se llenó de energía cruda y vibrante con la presentación de “Superestar”, el primer disco de Virginia Álvarez .

Virginia no sólo desplegó su talento musical, sino también su mundo interno a través de cada nota, cada acorde y cada palabra que acompañó la presentación de todos los temas de su reciente álbum. Con su ya característica estética en rojo y negro, imprimió al ambiente una atmósfera visceral que recorrió una variedad de géneros contenidos por el rock.

Foto: Clo Visual

La noche comenzó con “Diálogo Interno Para Componer Canciones” donde Virginia, guitarra en mano, mostró cómo una compositora se entrega a la creación. Acompañada por un talentoso grupo de músicos como Nacho Ibarlucea en la guitarra que marcaba los riffs y las melodías que dieron forma al repertorio. José Redondo llevó con soltura y maestría las líneas del bajo y Mattias Banguese marcó el ritmo con una batería precisa. Rocío Correa, como corista, sumó a la riqueza vocal del espectáculo, armonizando a la perfección con la voz de Virginia.

La introspección que la impulsa a crear fue palpable en temas como “Lado B”, una balada de tono melancólico en la que la entrada de Florencia Santacruz, tecladista que dió vuelo a la melodía.

En “Let it mí” se sumaron la guitarrista Agustina Canavesi y la cantautora Mínima interpretando su canción “Siento entender” generando una atmósfera de complicidad y fuerza interpretativa.

Uno de los momentos más intensos de la noche llegó con Superestar, una balada rock que celebra el amor desde un entusiasmo primario, con la guitarra de Lucía Campugiani llevando el pulso de la canción.

En el track “Eclipse Lunar” el concierto dió un giro hacia el desamor y una energía más cruda. Con el tema “Campo” la conexión de la banda con sus orígenes rockeros quedó claramente expuesta. Entre las canciones Virginia agradeció al Colectivo Mydmus por su apoyo en este que es su cuarto ciclo difundiendo la música de mujeres y disidencias de nuestro país.

Foto: Clo Visual

El set continuó con “Plena luz”, una crítica impostergable a la violencia de género “Mañana Boreal”, un blues en el que Virginia pasó al bajo. Se acercaba el final, en “Psicoactiva”, la banda desplegó toda su fuerza, destacándose el feeling de Agustina Canavesi en el solo de guitarra. La base rítmica sólida y las voces femeninas, dieron lugar a un momento que, como su nombre lo indica, llevó la mente del público a un estado de elevación.

“Me falta el aire”, fue el cierre de la noche. La banda completa lo dió todo en el escenario. Y aunque el público esperaba un bis nunca llegó. Las ganas de más se pudieron compensar comprando el disco, su libro o camisetas para llevar una parte de la experiencia a casa.

La presentación de Virginia Álvarez fue un testimonio de una banda sólida con fuerte presencia de mujeres y capacidad para fusionar géneros en el escenario. El concierto fue breve y certero como sus “Jaikus”, lleno de sentimiento y honestidad. Entre rock, folk y baladas, el público disfrutó de un espectáculo cercano y auténtico.

Cuatro Cuarenta