Festival en Saturno

Crónica: Pedro González

Fotos cortesía: Gonzalo Abeiro

21 de noviembre de 2024

Sala del Museo

 

La sala del Museo se fusionó con una parte del universo rockanrolero y parió un festival


La noche pareció estar diseñada para un evento como el que nos convocaba, y una velada atípica se gestó.

Ya de camino, el viaje espacial se fue manifestando, porque en el ómnibus, dos músicos pidieron permiso, subieron y cantaron nada más y nada menos que Dedos de Rada. Solo una guitarra y un cajón, hicieron la previa. El bis fue Un niño un lugar, de Psiglo, un lujo, para un viaje en transporte público.


Yo sé que tú me dirás:

Ven, mira cómo crecen rosas. Entonces yo te diré: "Si ya lo veo, sigue hermosa mi tierra

“Dedos”


Jam en Saturno

Al llegar, la Sala del Museo del Carnaval recibió a los convocados por el llamado de las guitarras eléctricas, bajos y baterías, vestida de un rock tranqui, con gente de aquí para allá, pendientes del set previo y algunos en el patio, degustando un aperitivo gastronómico, antes del plato fuerte musical.

Me quedé con la sensación de haberme perdido parte de la sesión, porque lo que vi fue muy bueno. Llegué a disfrutar de la voz increíble emergiendo de Bethsuzacq, con un outfit que me recordó a la novia de Roger Rabbit.Y finalmente disfruté de un homenaje a Pink Floyd que nos hizo sentir que Roger Waters y compañía, de alguna manera, andaban a la vuelta. A las 21:10 finalizó de esa manera el set, e inició el desfile de las tres grandes bandas locales de la actualidad, Sismo, Filo y La triple nelson.


Sismo

Daniel Martella (guitarra)

Juan Pablo Rodríguez (guitarra)

Pablo Reyes (Voz, composición)

Santiago Mérola (bajo)

Juan Pablo del Prato (bateria)


Después de un año 2023 sin tocar, con nueva formación por la cual le deben mucho a la Jam en Saturno. Una banda entrada en la adultez, con sus 20 años, presentó una propuesta ecléptica, de rock compacto y gutural.

Después del segundo tema, "Angel sin alas", hubo unas palabras, de agradecimiento por estar ahí, y se anunció el siguiente tema del disco, "Tren fantasma". Un público propio ocupó la delantera entre el resto de espectadores. Sismo hizo la apertura con mucho volúmen y dejó el escenario vibrando.

Filo

Marcelo Fernández: guitarra y voz

Diego Morales: batería y voz

Lali Gaspari: sintetizadores y voz

Alfonsina: guitarra y voz

Pancho Coelho: guitarra y voz

Cototo Cuello: bajo y voz


El público se veía más joven de lo que se pudo apreciar en la presentación de la banda en la trastienda. La banda desde un principio se vio más relajada, cercana entre ellos, y con muchas ganas. Ni bien subieron al escenario, comenzaron a hacer música, mientras afinaban y hacían chistes. Una vez que comenzaron con sus canciones y emergió la voz de Alfonsina, se rompió todo en la sala; habilitó un espacio nuevo, en el que los límites se expandieron. Después habló y agradeció a Cecilia, la “séptima integrante” de Filo, quien escribió muchas de las canciones del disco. Siguió con los agradecimientos: “de poder tocar para ustedes, en esta sala, tan generosa”.

Dijo también que esperaba que la pasáramos bien, y que “cualquier cosa, avisáramos”. Siguió dirigiéndose al público, “Somos Filo y venimos a entregarles este material con mucha alquimia, mucho amor, fuerza y felicidad”. Al terminar de hablar, el público le respondió con euforia.

El tema "En subida", uno de los cortes de difusión del disco debut, un temazo, brilló como la primera vez, es probable que ni siquiera dificultades técnicas puedan quitarle fuerza a esa maravilla.

La banda siguió y me dio la sensación de que la gente no se daba cuenta de lo que les estaba pasando, no podían evitar moverse. Sobre el escenario, Marcelo Fernandez también se mostró más relajado y dando lugar a gestualidades corporales que antes no había desatado. Filo es una banda construida con músicos curtidos, desarrollados, con mucha trayectoria y procesos encima. El resultado es como uno de aquellos robots de los power rangers, que se creaban con la unión de los cinco luchadores, creando una especie de superpoder. Entonces todos parecen estar expandiendo sus límites, ya altamente expandidos.



La Triple Nelson

Christian Cary (guitarra y voz)

Fernando "Paco" Pintos (bajo y coros)

Rafael Ugo (batería)

Manuel Contrera (teclados)




Sobre las 23:43 subió la Triple Nelson, el público se agolpó sobre el escenario.

A las 12:02 reventaron todo, desplegaron el tremendo blues, Llego a casa, que a 20 años de su disco Seguir mejor, sigue sonando igual, pero mejor.

Veinte minutos después, las canciones ya no tenían sentido, la gente se agitaba atónita, probablemente se había conseguido arribar a la velocidad del sonido, con la Triple en el timón y sus 150 vueltas más de lo que parecía aguantar la rosca. Consiguieron con su música romper el termostato cerebral de los que estábamos ahí, que dábamos vueltas como trompos. Cristhian Cary le habló al público: “La música es linda solos, pero mucho más linda acompañados” dijo en referencia al festival y las bandas que habían pasado y pidió un aplauso.

Al acercarme a la baranda cerca del escenario, noté dos cosas, una, que los fotógrafos les sonríen a los músicos para lograr retratarlos con algún gesto dedicado a la inmortalidad de la captura de esa luz que se transformaría en bits y registraría esa noche entre otras, y ese momento, entre otros en la misma noche. La otra es que los músicos estaban sudando y, a no ser una noche muy calurosa, daba cuenta de la entrega física de los intérpretes.

Eran la 01:20 horas y se aproximaba el final. La Triple estaba dejándolo todo, y para que la velada tuviera un homenaje, subieron músicos que fueron parte de la banda en otro tiempo: Rubén Ottonello y El Rafa. Era un cumpleaños, y todos estábamos invitados a festejar. Luego llegó el momento de la agachadita y la foto, creo que finalmente esta práctica va a terminar derivando en cotillón. Pero no fue el caso, todos fuimos parte de la fiesta y ellos seguían lanzando músicas imposibles que distaban mucho del carnaval carioca.





Filo entrevistas

Pancho de Filo estaba sentado en una mesa en el patio, mientras adentro, los Sismo sostenían el festival sobre el escenario. Me acerqué y lo felicité por la performance del debut en la Trastienda.

Me dijo que el show de ese día sería más compacto, sin saber claro que su afirmación tomaría otro significado con el devenir del tiempo.

De inmediato accedió a conversar y estuvimos hablando de los procesos creativos, de la construcción en capas y del derecho que tenemos todos a encerrarnos y estar con nosotros mismos “sin culpa” y de lo fructífero que puede ser ese espacio.

Sobre sus primeras obras, dijo que aún conserva material, del comienzo, “Nunca se sabe cuándo puede servir”. Estas capas dan cuenta de una obra en proceso, que ya no es ni una canción, ni una banda; es la obra artística de alguien a lo largo del tiempo. Esas partes son como piezas de un puzzle que admite muchas configuraciones, por lo que esas piezas se pueden ensamblar, dependiendo del momento, en combinación con unas u otras piezas y en lugares o roles diferentes. Esta reflexión vino detrás de recordar que la banda ha ido grabando todo lo que ha surgido, tanto en ensayos, como en grabaciones de maquetas, en momentos de distensión, jugando y creando. Dijo que había mucho material ya surgido de esa manera, por lo que asumí que Filo es una banda que ya cuenta con un espacio para la proyección en el tiempo. La banda ya tiene una fecha programada para tocar en la república vecina de Argentina.

Volviendo a los procesos creativos, también dijo que es bueno tener dos obras al mismo tiempo, una de ellas para la distracción, eso le quita densificación al proceso. Otro pique para quien sienta el llamado del arte, es que copiar y repetir, son dos herramientas muy buenas en el acercamiento.

Finalmente, con la llegada del bajista Cocoto Cuello, que llegó para informarle que habían tenido que dejar fuera una de las diez canciones previstas para el show, por lo que su anuncio primero, de que sería más compacto que en el debut, se vio incrementado. Nos despedimos y ellos fueron al back para prepararse antes de subir al escenario. Mientras, sonaban los últimos acordes de Sismo, que llegaban de buena manera hasta el patio.

Cuatro Cuarenta