Ficticia

Crónica y registro: Pedro González

1° de setiembre de 2024

Auditorio Nacional sodre

 

Pasó por la sala Hector Tosar del Auditorio Nelly Goitiño, la última función de esta propuesta artística que ha vinculado la danza, la creación audiovisual y la tecnología, con la participación interactiva del público.

En una sintonía multisensorial que ubica al espectador en un plano que atraviesa la visión ofrecida por la pantalla del celular, enlazándola a la realidad presente, una propuesta atractiva para conectar con las similitudes y contrastes entre la imagen proyectada a través de un dispositivo y la realidad sin recortes, inabarcable.

Al arribar, previo al ingreso a la sala, las anfitrionas ciberneticas, de cabellos platinados informaron de que manera interactuar con tres estaciones dispuestas para enlazar una conexión entre los asistentes y la producción, en un grupo de whatsapp. También con una aplicación que se podía descargar a través de un código QR con la cual se proyectaba una imagen que visualizada con un dispositivo plástico en forma de pirámide sin punta, generaba una visión tridimensional de una suerte de fuente de energía suspendida en el espacio.

Ya dentro de la sala la naturaleza estaba presente en las pantallas, de distinto formato, tamaño, que formaban parte de una escenografía desafiante y multiespacial. Tres teléfonos colgaban, como suspendidos en el aire, frente una pantalla gigante, a su vez también estaban presentes las imágenes proyectadas en las pantallas de tres laptops las cuales al comienzo de la presentación eran custodiadas por las artistas que lucían un estado de trance, animal, las abrazaban y parecían diseñar las imágenes proyectadas en ellas con sus manos.

Las luces y la música se unieron en una simbiosis que provocó asociaciones con la tecnología, con lo digital, lo liquido. Pero al mismo tiempo estaba allí, material. Lo material y lo digital, se diluyeron en una conjunción muy de estos días, que en lo cotidiano no nos interpela a pesar de generar una transformación en nuestras relaciones y con el medio, que es inédita.

La interacción con el público fue constante, mediante el grupo de whatsapp se iba informando que acciones seguir, desde reproducción de sonidos, imágenes para visualizar desde los teléfonos, las acciones se realizaban en sincronia de todo el publico generando un ambiente nuevo, texturas construidas en red.

La obra interpela constantemente un espacio nuevo, que habitamos en la cotidianidad, que se instaló y como una telaraña nos atrapó, al parecer sin un claro devenir, con mas interrogantes que certidumbres. Algo es seguro, no deja a nadie indiferente y exige por la velocidad en que se manifiesta una actualización constante. Una obra explorativa, necesaria, bien planteada, de una belleza audaz y conmovedora.

Cuatro Cuarenta