JACK WHITE Y CAT POWER EN EL TEATRO DE VERANO

Crónica: Guillermo Amy

18 de octubre de 2022

Teatro de Verano

Será porque en estos 10 años (aunque ya hacen 11 de su primera edición) se ha ganado con méritos ser uno de los festivales más esperados, será porque siempre da que hablar, será por el estilo de artistas que suelen presentarse o simplemente por la cantidad de noches de alta épica que se han dado en el marco de este festival. La realidad indica que hace tiempo el Primavera 0 se ha ganado un prestigio al punto de ser casi indispensable hacerse presente. Los artistas que suelen presentarse (salvo Gorillaz) suelen ser plato único, por lo tanto, sea por fanatismo o por curiosidad, resulta atrapante formar parte de una noche exclusiva que siempre, de alguna u otra forma, termina siendo memorable.  

En este cierre de la décima edición, Jack White, una de las últimas estrellas que ha dado el rock que ha grabado 17 discos de estudio entre su carrera en solitario sumado a sus proyectos The White Stripes, The Raconteurs y The Dead Weather, iba a estar realizando su primera presentación en Uruguay junto a la cantautora estadounidense Cat Power, quien iba a realizar su tercera presentación en el país. Ambos venían de presentarse en los festivales Primavera Sound de Argentina y Chile para desembarcar y ofrecer una noche imperdible en el Teatro de Verano. La mesa estaba servida y las cartas a la vista. 

Una noche nublada con un lejano augurio de lluvia atravesaba la noche Montevideana del 18 de octubre. “¿Se largará como en el show de Nick Cave?” se escuchaba en la larga fila para entrar a eso de las 19:30 que fue la hora de apertura de las puertas. La lluvia se aguantó, pero este comentario ya daba cierto indicio de que año tras año hay gente que repite la experiencia en el festival.  

Sobre las 20:15, aún con bastante gente por ingresar, pero con una importante cantidad de público ya ubicado sobre todo en platea baja, Chan Marshall, popularmente conocida como Cat Power, salía a escena con un look all black acompañada de una banda integrada por Alianna Kalaba en batería, Adeline Jasso en guitarra y Erik Paparozzi en piano y bajo, dependiendo de la canción. Al salir, después de un tímido “Hola, Hola, Hola” se ubicó finalmente al lado de una mesa con un vaso de té y un vaso de agua para dar inicio a un show de unos 45 intensos minutos, con un setlist compuesto por canciones como “Say” de su disco Moonpay del año 98, la reversión de Hate publicada en el album Covers del 2022 llamada “Unhate”, su versión personal de “Satisfaction” de The Rolling Stones y sin duda, la infaltable “The Greatest” para dar cierre.  

La particularidad de esta presentación fue sin lugar a dudas la iluminación. Un juego de azules y violetas oscuros se mantuvieron a lo largo de todo el show, apenas iluminando a los integrantes de la banda y la figura de Cat Power perdiéndose por momentos de manera intencional. Podría ser cualquier persona quien estuviera en frente, pero su voz dulce e inconfundible, las constantes caminatas en los sectores oscuros, y su calidez a la hora de interactuar, tratando cariñosamente al público diciendo “Te amo” y otras frases breves frases en español, hizo de esta apertura un auténtico lujo. Demostró sin lugar a dudas, que no es necesario un gran despliegue escénico cuando el talento habla por sí solo.  

Se acercaban las 21:00, las vallas completamente colmadas de gente, y un ambiente que ya preveía lo caliente y energético que iba a ser lo que estaba por venir. En medio, el equipo de sonido testeando las guitarras y los efectos de pedal, de forma tal de ultimar detalles para el plato fuerte, la ansiedad era total. Desde la previa ya había una promesa de parte del artista que el show de Montevideo iba a ser intenso y especial. A las 21:30 con puntualidad inglesa las luces se apagaban para finalmente aparecer Jack White a escena con un outfit en blanco y su look actual de pelo y estética azul (dejando atrás aquel Jack White de impronta un poco más gótica) acompañado de Dominic John Davis en bajo, Daru Jones en batería y Quincy McCrary en teclas y coros.  

Es de público conocimiento que el artista no utiliza setlist, sino que se guía por las energías y reacciones del público, pero el inicio fue el mismo que el Primavera Sound de Argentina y Chile, “Taking Me Back” y “Fear Of The Sound”, ambos temas del disco que posee el mismo nombre que la segunda canción ya mencionada, publicado este año. Para el tercer tema, “Dead Leaves and the Dirty Ground” y siendo este el primer tema de los White Stripes en sonar en la noche, a White se lo notaba molesto buscando la mirada de su equipo técnico para resolver algún problema en su guitarra que lo tenía a maltraer. Al acercarse su ayudante, y luego de un diálogo no tan amistoso con su equipo técnico, el público empezó con el “ole ole ole Jack White, Jack White” para dar apoyo al artista, que históricamente siempre fue meticulosamente perfeccionista. Fue al sentarse en el piano, respirar hondo, y empezar con “Apple Blossom” (también de los White Stripes), que el show fue retomando su vuelo para no bajar nunca ni la intensidad, ni la energía.  

La primera presentación de Jack White en Montevideo consistió en una demostración de su multifacética inquietud artística, pasando por varios climas, acompañados por visuales de fondo y una constante luz azul que hacía juego con su color de pelo y look actual. Se hicieron presentes desde los temas más nuevos de sus discos publicados este año como “A Madman From Manhattan” e “If I Die Tomorrow” hasta los más antiguos, “Lazaretto”, “Freedom at 21”, “Love Interruption”, por nombrar algunas, con cambios de guitarra casi constantes y una base rítmica con mucha solidez. 

La banda se mostraba muy bien ensamblada, cada uno de los integrantes mostró muchísimo carisma aportando al espectáculo y a la interacción con el público y el sonido fue una auténtica patada al pecho a lo largo y ancho de los 90 minutos de duración. Los bombos y bajos retumbaban en la caja torácica de todos los presentes y Jack White, fiel a su estilo energético y desenfrenado, con su voz particular, sus falsetes altísimos y alocados solos con sobredosis de electricidad y potencia, hizo vivir una velada en el que el rock brilló por su presencia y frescura. Las palabras para con el público apenas fueron algún que otro “thank you” y alguna breve explicación de algún tema en concreto, pero tampoco fue del todo necesario cuando estás viviendo un espectáculo con esa dosis de adrenalina. 

Foto: David James Swanson

También hubo espacio para mechar alguna cosa de sus proyectos vigentes, “I Cut Like a Buffalo” de The Dead Weather, donde White demostró su habilidad para el rapeo y el clásico “Steady As She Goes” de The Raconteurs, siendo el primer “bis” de la noche, coreada por todo el público y resultando uno de los puntos más altos. Y si de puntos altos hablamos, llegando al final del show, la amistosa melodía de “We’re Going To Be Friends”, y la clásica y esperada “Seven Nation Army” tocada con su guitarra más icónica, dieron un broche de oro a un show completo de hora y media que sin duda logró que ningún cuello quedara sano.  

Los más cercanos a la valla hacían reverencias al mismo tiempo que la banda se abrazaba y se despedía de Uruguay. En eso, el artista da un paso adelante y con una sonrisa se dirige al público diciendo textualmente “you’ve been amazing tonight, and I've been Jack White” (Estuvieron increíbles esta noche, yo he sido Jack White). Dando un cierre final, saliendo del escenario y encender las luces de un Teatro de Verano que parecía todavía no poder creer lo que acababa de pasar. Ojalá nunca terminen de existir este tipo de shows que te dejan digiriendo y procesando por varios días.  

Cuatro Cuarenta