Julieta Venegas

Fotografía: Jaivi Rivero

Crónica: Guillermo Amy

Auditorio Nacional Sodre

8 de junio de 2022


Tres años pasaron desde aquella gira en la que recorrió distintos puntos del país en formato acústico. En este 2022, su regreso se dio en el marco de la gira “Vernos de nuevo” en referencia al reencuentro con sus seguidores luego de los tiempos de incertidumbre, producto de la pandemia y a la vez su re-conexión con la música. Para ello, Uruguay la esperaba con 2 fechas (7 y 8 de junio) en la Sala Adela Reta del Auditorio Nacional del Sodre, invitando a realizar un viaje por los distintos matices del amor. 

En ambas jornadas la apertura vino de la mano de Papina de Palma, música uruguaya que demuestra en cada escenario en el que se presenta que es una de las mejores voces que se pueden encontrar en el ámbito musical. Con su característica calidez comunicativa, fue tocando algunas canciones de su repertorio al público más “madrugador” que iba ingresando conforme iba acercándose la hora del inicio del espectáculo. 



Apenas pasada la hora pautada, mientras los acomodadores aún seguían indicando donde ubicarse a la gente que recién ingresaba, el telón se abrió y nos encontramos con un formato trío, con batería, contrabajo y un enorme piano de cola. Así fue dando inicio con “Ilusión”, enganchándose de manera inmediata con “Despedida”. Al término de esta, la artista se mostró muy emocionada por poder realizar la fecha doble en el Sodre, asegurando que iba a realizar un “recorrido por la memoria” en sus canciones de los discos más viejos hasta los más nuevos. A continuación, retomo su repertorio con “Los Momentos”, canción que según sus propias palabras, está inspirada en un poema de Jorge Luis Borges, declarándose fanática de la poesía y su capacidad de transmitir sentimientos.

El show consistió en un encuentro casi íntimo con la multi-instrumentista mexicana, quien en reiteradas oportunidades se dio el espacio de comunicarse de manera muy genuina con el público, tanto para agradecer como para contar el significado de las líricas de sus canciones. Muchas de ellas hablando del desamor, temática que le dio el toque humorístico durante el desenlace de todo el espectáculo. 

El amor de la artista por Uruguay fue notorio, arrojando palabras de cariño hacia Montevideo, su gente, su ritmo de vida y sus paisajes. Esto permitió a que la comodidad se sintiera a pleno, llegando a apreciar a una artista abrirse a su público como pocas veces se puede ver. A su vez, también realizó algunas canciones que traían el sello de su lugar de origen, como “Canta Canta” (de José Alfredo Jiménez) y “Despechada Mexicana”, creando un intercambio muy lindo de apreciar. 

Cómo de costumbre, Venegas fue intercalando entre la guitarra, el piano, el ukelele y el acordeón, mostrando un dominio absoluto de cada uno de ellos, y acompañada de una base muy sólida de la mano de los 2 músicos que la acompañaban. La gran novedad vino cuando tocó dos de sus canciones recién lanzadas, estas fueron “Mismo Amor” (la más nueva de todo el repertorio) y “Sola”, comentando que es un poema de Idea Vilariño, generando la ovación de todo el recinto. 

Los infaltables éxitos de siempre también se hicieron presentes, “Eres Para Mí”, “Lento” (bromeando con que le gusta el ritmo en que se vive en Montevideo ya que es más pausado que en otros lados del mundo), “Algo Está Cambiando”, entre varios otros. A medida que iba pasando el momento “popurrí”, el público cada vez iba entonando las letras con más fervor. 


“Me voy” y “El Presente” fueron cerrando el telón circunstancialmente. El público luego de casi 2 horas de espectáculo todavía necesitaba de algo más y el “una más…” se sentía hasta desde las partes más altas del Auditorio. Al retornar, Venegas soltó un “¿cómo no?” en respuesta a petición de la multitud, dando pie a realizar un muy lindo cover de Chau de No Te Va Gustar solamente con voz y ukelele (recordemos que en el disco “Otras Canciones” de la banda, ella estuvo de invitada cantándola de manera íntegra) para luego despedirse con “Oleada” y el clásico “Limón y Sal”. 


Así dio cierre una noche de lujo. Una emocionante presentación en un lugar icónico con una leyenda viva de la música latina. A destacar la conexión artista-publico que generó un ambiente muy agradable, potenciada por el respeto, el cariño y el disfrute de ambas partes. 

 
 
Cuatro Cuarenta