A medida que el público se ubicaba la música de fondo iba incrementando, sonidos electrónicos preparaban el ambiente y hacían que subiera el fragor de los allí presentes. Sabían que les esperaba un espectáculo de calidad. El color rojo de las luces invadió la sala sobre las 21:30hs, de fondo sirenas que empezaron a disolverse con la percusión. Sonidos afro fusionándose con luces en forma de flashes que dejaban vislumbrar seres encapuchados, colocándonos en un ambiente cuasi secta, repleto de impactantes artistas. Temo no equivocarme si remito al inframundo, porque allí estábamos, siendo parte de una realidad paralela que te atravesaba por todos los sentidos.
De golpe se fueron incorporando los vientos: saxos, trombones, tubas y trompetas. El “momento ventolero” empezaba. A diferencia de cómo solemos verles, marchando y en movimiento, esta vez estaban bajo la contención del escenario y haciendo que el público sea el que se moviera al ritmo de grandes temas, algunos nuevos, para sorpresa de los allí presentes. Afroexpress, Simples Mortales, Al Espejo, Moaning, Funky Retemplado, Lobo Sabe, Percu, Afrocele, Sabandija, Walking, Bien de Bien, Las Calles, Como me Gusta y Se Pica la Cantina sonó en lo que fue un show de poco más de una hora.