Mientras la noche avanzaba, una presencia inesperada captó la atención de todos: el presidente electo, Yamandú Orsi, apareció entre el público junto a sus hijos.
A las 21:30, las luces se apagaron y María apareció, abriendo la noche con ”La nena de Argentina”. La lista avanzó con éxitos como “Perreo furioso”, “Ojalá” e “Instinto animal”. Un imprevisto marcó el primer giro de la noche: un corte de luz obligó a María, sus bailarines y músicos a retirarse por unos minutos. Cuando regresó, lo hizo con “Agora” seguido por “Piscina”, detrás mío, dos chicas cantaban la letra de esa y otras canciones a la perfección. Me impresionó lo rápido que seguían las frases, porque algunas de las canciones más urbanas tienen juegos de palabras que no son fáciles de cantar. Ellas no se equivocaron ni una vez, como si cada palabra estuviera grabada en su memoria. Algo que distingue a María Becerra es su humor y su humildad. Antes de interpretar “Así es la vida”, hizo un comentario divertido sobre los dolores de ciática que seguramente sentiríamos al día siguiente por bailar bachata.
El bloque de ritmos más latinos comenzó con “Adiós”, originalmente interpretada con el grupo Ráfaga, que puso a bailar a todos. En “El amor de mi vida”, un chico del público tuvo la suerte de subir al escenario y bailar junto a ella, provocando aplausos.
La gran sorpresa de la noche, sin duda, fue cuando María empezó a cantar “Felices x siempre”. En un gesto inesperado, bajó del escenario y recorrió todo el espacio, tomando las manos de sus fans en primera fila. El primer bloque terminó con “Miénteme” e “Imán”, y aunque María salió del escenario, todos sabíamos que aún quedaba mucho por disfrutar.