“Montevideo, Uruguay, ¿Cómo están?” fueron las primeras palabras de su vocalista Fernando Ribeiro al público, con un español bastante decente. En esa oportunidad, aprovechó para recordar que, al ser de Portugal, sabían hablar español, pero bromeó con el hecho de que los españoles no saben hablar portugués. Pero lo más importante del mensaje fue la emoción y las ganas que tenían de visitar Montevideo, que siempre fue un pendiente que les tomó 30 años concretar.
El desempeño de la banda resultaba avasallante. Con unos visuales de fondo que se acoplaban perfecto con las canciones que iban sonando, un sonido muy fuerte y claro al mismo tiempo, y con muchísima interacción con el público, verdaderamente generaban la sensación de estar bajo un hechizo ya que resultaba imposible distraerse o mirar hacia otro lado. Canciones como “Opium”, “Night Eternal”, “Finisterra”, “In An Above Men” iban sonando al igual que en el resto de la gira, pero la emoción de ver a los lusos se intensificaba conforme pasaban los minutos.