Peyote Asesino
Fotografía: Jurema Torres
Crónica: Pedro González
7 de junio de 2024
La Trastienda MVD
“El Peyote tiene una historia rara con agujeros enormes en el medio” dijo Santullo. Entre 1999 y 2009 la banda no existió.
El recital del Peyote comenzó sobre las 22 hs. Antes hizo la apertura la banda Flor Sakeo, intensa banda, que recordó por momentos al sonido de Perl Jam, que provocó y fue una buena antesala a lo que se venía.
Los Peyote, salieron con la formación habitual, a excepción de alguna baja circunstancial. Uno de los últimos en acoplarse, Matías Rada “está con Martín Buscaglia, en Barcelona” –como parte de los “bochamakers” que es la banda que lo acompaña- , explicó Santullo.
La entrada fue sublime. Como si hubieran presionado un interruptor los músicos del Peyote subieron al escenario y al mismo tiempo se gestó un pogo espontáneo y consensuado entre el público. La sensación de ver la postal de los músicos del Peyote sobre el escenario era a la vez excitante, así como el comienzo de un viaje nostálgico a la década de los 90, ese mundo que ya no existe, más que en la memoria de quienes lo transitaron. Lo que claramente estaba contrastado con el perfil de público que con salpicadas de adolescentes y algún niño, predominaban adultos que en los 90 vivieron su adolescencia.
Adolescentes que por entonces, sorprendidos, asistimos a la aparición repentina del Peyote, como salido de un universo paralelo y que se insertó dentro de nuestra música local que por aquellos años deambulaba por otros estilos, mixturando sonidos desconocidos, cantando la misma bronca que campeaba de una forma directa y cruda en la ciudad. Los noventas fueron un terreno fértil a propuestas nuevas y provocativas en la región. Algunas como el Peyote fueron comprendidas probablemente bastante después de la disolución de la banda.
Su último disco, “Serial”, data del año 2021, y no lo habían tocado en vivo hasta ahora. Los temas clásicos se mezclaron como flashbacks, que esperados generaban explosiones en el público, ávido por reencontrarse con esas sensaciones, de otra vida, lejanas y anheladas.
De la banda se puede decir que es hija de los hijos exiliados de Uruguay, que obligados por la inmediatez de violencias locales fueron desplazados, transitaron realidades diversas y propicias incitadoras de procesos creativos que han dado nuevas pinceladas en la cultura local, que han construido músicas potentes, ricas en texturas, con textos sencillos y al mismo tiempo incisivos.
“El ritmo de las balas está marcando el compás
los muertos que no registran la masacre
están vacías las plazas y en los bares los sonrientes
las sirenas psicodélicas tocan himno nacional”
(Todos muertos, Peyote asesino)
La milonga “Es lo que hay”, tema del nuevo disco, se lo dedicaron al Sabalero. Esta canción se cuenta que surgió de un momento particular, de una payada improvisada de Carlos Casacuberta que ameritó la construcción de una canción, que finalmente fue grabada en el disco.
Los invitados durante la noche fueron Sebastián Teixeira (La Vela Puerca), Pablo Silvera (Mota), Flor Sakeo, y el rapero Donfelipe (MC de AFC). El “enano” de La Vela Puerca, subió a cantar “todos muertos”, se infló la Trastienda, explotó el público.
Flor Sakeo que teloneó, subió invitada a tocar la guitarra y cantar el último tema de la noche, fueron tres los temas que se agregaron a la lista original y cerraron con “el peyote asesino está acá”.
El Peyote llena, es una banda que tuvo una intromisión repentina, descontextualizada y desapareció cuando estaba creciendo, dejando a muchos con un sabor amargo, esperando más. Hoy retoma dando una nueva oportunidad a la continuidad. Se reinventa con nuevos sonidos, y se acopla a un contexto que sugiere paralelismos con aquellos años, insumos de los que se alimentas sus músicas y sus canciones, dando una vía de escape a broncas y frustraciones acumuladas.
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