El recital terminó,eran las 23:21 horas, el escenario quedó vacio, algunos persistieron en sus intentos por atraer a los músicos de vuelta, pero no había remedio ya, el show ya había sido pautado, el cierre ya estaba escrito y había que dejar el lugar.
En la puerta los vendedores proponían canalizar ese deseo de más, en la adquisición de algún souvenir que contuviera las pasiones despertadas por los músicos que ya no estaban, aunque sea mediante un recuerdo de esa noche.
El ex calle 13 pasó dejando un espectaculo emocionante, de alto nivel, recientemente inaugurado en Barcelona en el mes de setiembre. Las emociones calibradas estan dosificadas, elaboradas y exprimidas con mucha presicion. El show fue construido con presicion, con oficio, por un artista que provoca e interpela. Un artista que propone valor y no aleja a la musica de la vida, sino que se nutre de ella, a la vez que la cuestiona y desafia.